domingo

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La susceptibilidad era el punto más bajo de la razón necrótica de la situación de la furia. Así mismo, los escandalosos comentarios de aquel suceso la obligaban a entrar a un proceso de ansiedad, en donde las marcas de fluctuación, variaban constantemente sobre sus hombros. Sabía que era ciclotimia extrema y que no había que hacer, puesto que se negaba a compartir la idea de los demás de ingresar a un hospital por sus trastornos. No había nada que hacer, ya era demasiado pernicioso para comprobar cualquier teoría de lo absurdamente doloroso. Ahora, se me hacia fantásticamente degradable, el hecho de que su piel se erectara tan fácilmente, provocando en mi una fijación casi sexual al pensar en sus pezones… Ya no era nada prudente seguir alcanzando el tacto de su tobillo, la mordida de la esquina y un beso fluorescente que ya no me era atractivo. Buscaba inútilmente una excusa mas para deshacerme de eso, justificando mi delirio con una carga de conciencia moral y conceptual. Necesitaba de un problema mínimo para consumir un psicoactivo y presentarme ante mí como uno más.
Una razón me arde más… Hasta ayer, no me habías dejado ir.

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