domingo

260813

La mierda de los baños de Colombia me parece, más que asqueroso y pegajoso, una corta espera para esa montaña de contaminación absurda que baila y ríe en  las ojeras de cada persona, entonces me revuelve las tripas la nauseabunda imagen de mancha en mi ropa cada vez que algún personaje desconocido me da la mano o me roza en un bus o peor aún, en un centro comercial.
Entre tanta mierda que soñaba con el color amarillo derretido a su alrededor, había una nena… una nena de mejillas redondas y bien delineadas. La nena de cabellos despeinados y castaños que simplemente era yo de pequeña. Una nena de vestido color rosa palillo y un tris de canela manchada en su chaqueta re gordeta rosada de rositas… así era yo. En verdad era yo para mí ahora la representación diabólica del futuro leído en los ojos de una gitana y la figurita frágil que tenía las manos encima de la mesa contando las comunicaciones de los nervios que inervaban cada parte de mi pequeño cuerpo… era yo para mí ahora, la representación de las muñecas de porcelana que dejaba caer, solo que, ellas se rompen al contacto con cualquier suelo, yo, sin embargo, me sigo cayendo sin romperme de una vez.
Yo estoy de pie, frente a un espejo, sólo me veo detenidamente por como estoy vestida… porque es como si fuera la enésima vez que me veo vestida así en mis sueños. El espejo se comienza a ver distorsionado, en cuanto la nena lo cruza, siempre con su mirada fija en mí.
Yo no sé quién es ella, pero reconozco mi chaqueta. La nena se acerca muy lento, tanto que no puedo mantenerme de pie para esperarla. Me arrodillo ante ella y solo quiero hacer lo que siempre hago con un niño, impresionarme de su maravillosa edad mental… pero ella no responde a mis risas, a mis gestos, que cada vez, comienzan a hacerme más serios y confusos. ¿Por qué no puedo hablar?
Por fin la nena me ha sonreído y de un disparo, ha corrido hacía a mí sonriendo diabólicamente como las muñecas que odiaba de pequeña… soy yo.
Sus pies han trepado mis piernas, sus manos han tomando mi rostro y lo último que veo, son sus dientes con sangre, recordándome un accidente de automóvil.

Sus manitas… mis lindas manos de nena… ella, yo, me ha, me he arrancando los nervios ópticos… como si yo tuviera nervios gruesos agarrando mis globos oculares… ella, yo, me ha, me he arrancado los nervios que aprietan mis ojos, los temporales superiores del ojo izquierdo y el nasal superior del derecho… mis ojos han quedado intactos, pero ahí está la causálgia interna mientras me despierto y mis ojos ven con dolor. Solo pido que mis núcleos geniculados laterales estén intactos.

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